Por Simón Yampara H.
Asesor de Gestión Cultural del Gobierno Municipal de El Alto GMEA
simonyampara@gmail.com
La recomendación de ONU y el organismo JIFE, para que se prohíba el pijcheo de la hoja de coca en Perú y Bolivia, no solo es preocupante, sino sobre todo atentatorio, genocida y etnocidiario contra los pueblos del Tawantinsuyu y del continente Abya-yala. Nos hace recuerdo a las prácticas de la inquisición religiosa colonial, con presupuestos y valores jurídicos de la invasión colonial, de dominio, control espacial y de los pueblos, actualizada, “modernizado” en el siglo XXI. Pues, los derechos de los pueblos atávicos del Tawantinsuyu, del continente Abya-yala continúan encubierto por la invasión y el “descubrimiento” de la América. ¿Por que?. Por que la orientación de la “geopolítica del conocimiento” y la “colonialidad del saber”, ven como peligro el cuestionamiento y despertar de los pueblos del Abya-yala sobre el ejercicio de sus derechos, respecto al control del territorio, los recursos naturales y por ende el negocio (mercado) de los recursos y el cultivo de la riqueza en el mundo y la región. Es decir, la nueva estrategia económica de orden alotrópico [como los sistemas de qhathus] de estos países por la composición mayoritaria de pueblos “indígenas”, donde las hojas de la coca y el pijchu/akulliku [no masticado] son parte de la cosmo-convivencia andina de estos pueblos y practica del ayni/reciprocidad de la comunidad de los mundos eco-bióticos naturales que tiene que ver con el paradigma de vida del suma –qamaña de los pueblos indígenas, que lastimosamente por el encubrimiento histórico y la “ceguera cognitiva” de los cientistas del sistema, no se entiende ni se quiere entender, pero que sin embargo, rompe y perjudica la dinámica proyectiva del pachakuti de estos pueblos. Mejor dicho, continuar con la hegemonía, el dominio de los presupuestos jurídicos y valores de la matriz civilizatorio-cultural occidental y la perpetuación del encubrimiento de los valores y presupuestos jurídicos emergentes de la matriz civilizatorio-ancestral milenaria, cuyo semillero está en tiwanaku e inkario.
La cosmo-convivencia andina y la convivialidad de sus pueblos y de éstos con los diversos mundos de la comunidad eco-biótica natural, tiene que ver con el ayni/ reciprocidad emulativa de las energías espirituales a la materialidad de las cosas, en la vida de los pueblos indígenas, donde los maestros yatiris, chamakanis, los kallawayas, sin el pijchu y las hojas de la coca, no podrán desarrollar sus actividades cotidianas que tiene que ver con la salud integral de los pueblos. Mejor dicho la salud físico-material y espiritual. Es mas, ni la constitución de las nuevas parejas –jaqicha- podrá realizarse entre las familias de los aymara-qhichwa. De la misma manera no podrán hacer jornadas ni cultivos agropecuarios, mineros y las celebraciones-festivas que se hacen a lo largo del calendario agropecuario, social y cultural de la convivialidad eco-biótica de estos pueblos. Es decir no solo quieren afectar la dimensión de la espiritualidad de la vida de estos pueblos, sino, quieren acabar haciendo un genocidio y etnocidio con la vida y la dinámica de estos pueblos. Parecen no tener conciencia humana pese a pregonar los derechos humanos universales, pues quieren acabar con gentes que sí, generan valores cosmogónicos salubles para la humanidad y han aportando con alimentos valiosos para la humanidad con la variedad papas, la quinua y en los últimos tiempos con la fibra y la carne de los camélidos/auquénidos andinos.
Ahora cuidado con la producción, el mercado de la cocaina y las acciones del narcotráfico, donde si bien las hojas de la coca son la materia prima preferida, no la única ni insustituible, si esta es la preocupación. Naturalmente detrás de esto esta también un caudal considerable del movimiento económico-finaciero, hasta móviles políticos y de castas sociales familiares que hacen ponguaje con la pobreza material de sectores de los pueblos indígenas, bajo sistemas de colonato y practicas amañadas de corrupción, muchas veces con pretextos de control de esta producción y programas de desarrollo alternativo que en mas de 30 años con un presupuesto considerable, no se ven resultados favorables, menos cultivos realmente alternativos para sustituir el cultivo de las hojas de coca. Ellos mientras siga siendo altamente competitivo el cultivo de las hojas de coca, en el mercado abierto transnacional y haya mayor demanda de consumidores de los países llamados del primer mundo, continuara la producción de la hoja milenaria. Eso a su Ahora cuidado con la producción, el mercado de la cocaina y las acciones del narcotráfico, donde si bien las hojas de la coca son la materia prima preferida, no la única ni insustituible, si esta es la preocupación. Naturalmente detrás de esto esta también un caudal considerable del movimiento económico, hasta móviles politicos y de castas sociales que hacen ponguaje con la pobreza material de sectores de los pueblos indígenas con practicas amañadas de corrupción, muchas veces con pretextos de control de esta producción y programas de desarrollo alternativo que en mas de 30 años con un presupuesto considerable, no se ven resultados favorables, menos cultivos realmente alternativos para sustituir el cultivo de las hojas de coca. Ella mientras siga siendo altamente competitivo en el mercado abierto transnacional y haya mayor demanda de consumidores de los países llamados del primer mundo, continuara la producción de la hoja milenaria. Eso a su ves, tiene que ver con la galopante desocupación y la pobreza de los países como Perú y Bolivia.
Entonces esto de la recomendación de la ONU, el JIFE, hay que considerar como una alerta roja para los Estados andinos, que merece un tratamiento urgente, sino queremos perder la dignidad cosmo-convivencial de la cultura de los pueblos andinos y mas bien pensar en una estrategia de generación y reproducción de valores cosmogónicos, de economía y dignidad de los pueblos en pos de encuentros intercivilizatorios en el mundo, frente a la globalización del capitalismo y la consecuencia del calentamiento global del planeta. No veamos la vida como pura expresión de la materialidad y del circulante del capital de las cosas. Eso es economicidio con acciones del politicidio, pues ésta va en matrimonio institucionalizado/interaccionado con la dimensión de la espiritualidad en la vida de los pueblos andinos, cuya emulación y salud dependen del uso de las hojas de coca en las acciones celebratorias del pijcheo, que emula, regula las energías de la vida.
Altu-Pata, 5/03/08
Asesor de Gestión Cultural del Gobierno Municipal de El Alto GMEA
simonyampara@gmail.com
La recomendación de ONU y el organismo JIFE, para que se prohíba el pijcheo de la hoja de coca en Perú y Bolivia, no solo es preocupante, sino sobre todo atentatorio, genocida y etnocidiario contra los pueblos del Tawantinsuyu y del continente Abya-yala. Nos hace recuerdo a las prácticas de la inquisición religiosa colonial, con presupuestos y valores jurídicos de la invasión colonial, de dominio, control espacial y de los pueblos, actualizada, “modernizado” en el siglo XXI. Pues, los derechos de los pueblos atávicos del Tawantinsuyu, del continente Abya-yala continúan encubierto por la invasión y el “descubrimiento” de la América. ¿Por que?. Por que la orientación de la “geopolítica del conocimiento” y la “colonialidad del saber”, ven como peligro el cuestionamiento y despertar de los pueblos del Abya-yala sobre el ejercicio de sus derechos, respecto al control del territorio, los recursos naturales y por ende el negocio (mercado) de los recursos y el cultivo de la riqueza en el mundo y la región. Es decir, la nueva estrategia económica de orden alotrópico [como los sistemas de qhathus] de estos países por la composición mayoritaria de pueblos “indígenas”, donde las hojas de la coca y el pijchu/akulliku [no masticado] son parte de la cosmo-convivencia andina de estos pueblos y practica del ayni/reciprocidad de la comunidad de los mundos eco-bióticos naturales que tiene que ver con el paradigma de vida del suma –qamaña de los pueblos indígenas, que lastimosamente por el encubrimiento histórico y la “ceguera cognitiva” de los cientistas del sistema, no se entiende ni se quiere entender, pero que sin embargo, rompe y perjudica la dinámica proyectiva del pachakuti de estos pueblos. Mejor dicho, continuar con la hegemonía, el dominio de los presupuestos jurídicos y valores de la matriz civilizatorio-cultural occidental y la perpetuación del encubrimiento de los valores y presupuestos jurídicos emergentes de la matriz civilizatorio-ancestral milenaria, cuyo semillero está en tiwanaku e inkario.
La cosmo-convivencia andina y la convivialidad de sus pueblos y de éstos con los diversos mundos de la comunidad eco-biótica natural, tiene que ver con el ayni/ reciprocidad emulativa de las energías espirituales a la materialidad de las cosas, en la vida de los pueblos indígenas, donde los maestros yatiris, chamakanis, los kallawayas, sin el pijchu y las hojas de la coca, no podrán desarrollar sus actividades cotidianas que tiene que ver con la salud integral de los pueblos. Mejor dicho la salud físico-material y espiritual. Es mas, ni la constitución de las nuevas parejas –jaqicha- podrá realizarse entre las familias de los aymara-qhichwa. De la misma manera no podrán hacer jornadas ni cultivos agropecuarios, mineros y las celebraciones-festivas que se hacen a lo largo del calendario agropecuario, social y cultural de la convivialidad eco-biótica de estos pueblos. Es decir no solo quieren afectar la dimensión de la espiritualidad de la vida de estos pueblos, sino, quieren acabar haciendo un genocidio y etnocidio con la vida y la dinámica de estos pueblos. Parecen no tener conciencia humana pese a pregonar los derechos humanos universales, pues quieren acabar con gentes que sí, generan valores cosmogónicos salubles para la humanidad y han aportando con alimentos valiosos para la humanidad con la variedad papas, la quinua y en los últimos tiempos con la fibra y la carne de los camélidos/auquénidos andinos.
Ahora cuidado con la producción, el mercado de la cocaina y las acciones del narcotráfico, donde si bien las hojas de la coca son la materia prima preferida, no la única ni insustituible, si esta es la preocupación. Naturalmente detrás de esto esta también un caudal considerable del movimiento económico-finaciero, hasta móviles políticos y de castas sociales familiares que hacen ponguaje con la pobreza material de sectores de los pueblos indígenas, bajo sistemas de colonato y practicas amañadas de corrupción, muchas veces con pretextos de control de esta producción y programas de desarrollo alternativo que en mas de 30 años con un presupuesto considerable, no se ven resultados favorables, menos cultivos realmente alternativos para sustituir el cultivo de las hojas de coca. Ellos mientras siga siendo altamente competitivo el cultivo de las hojas de coca, en el mercado abierto transnacional y haya mayor demanda de consumidores de los países llamados del primer mundo, continuara la producción de la hoja milenaria. Eso a su Ahora cuidado con la producción, el mercado de la cocaina y las acciones del narcotráfico, donde si bien las hojas de la coca son la materia prima preferida, no la única ni insustituible, si esta es la preocupación. Naturalmente detrás de esto esta también un caudal considerable del movimiento económico, hasta móviles politicos y de castas sociales que hacen ponguaje con la pobreza material de sectores de los pueblos indígenas con practicas amañadas de corrupción, muchas veces con pretextos de control de esta producción y programas de desarrollo alternativo que en mas de 30 años con un presupuesto considerable, no se ven resultados favorables, menos cultivos realmente alternativos para sustituir el cultivo de las hojas de coca. Ella mientras siga siendo altamente competitivo en el mercado abierto transnacional y haya mayor demanda de consumidores de los países llamados del primer mundo, continuara la producción de la hoja milenaria. Eso a su ves, tiene que ver con la galopante desocupación y la pobreza de los países como Perú y Bolivia.
Entonces esto de la recomendación de la ONU, el JIFE, hay que considerar como una alerta roja para los Estados andinos, que merece un tratamiento urgente, sino queremos perder la dignidad cosmo-convivencial de la cultura de los pueblos andinos y mas bien pensar en una estrategia de generación y reproducción de valores cosmogónicos, de economía y dignidad de los pueblos en pos de encuentros intercivilizatorios en el mundo, frente a la globalización del capitalismo y la consecuencia del calentamiento global del planeta. No veamos la vida como pura expresión de la materialidad y del circulante del capital de las cosas. Eso es economicidio con acciones del politicidio, pues ésta va en matrimonio institucionalizado/interaccionado con la dimensión de la espiritualidad en la vida de los pueblos andinos, cuya emulación y salud dependen del uso de las hojas de coca en las acciones celebratorias del pijcheo, que emula, regula las energías de la vida.
Altu-Pata, 5/03/08
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