RED-ADA.- La Paz, 01-06-07
"Las mujeres recogíamos a nuestros heridos a curar a auxiliar, había gente que perdía el sentido por el exceso de gas, fue dura la participacion de las mujeres, pero nos satisface el logro que hemos sacado" afirmó Virginia Amurrio, dirigenta de la Federación de Regantes de Cochabamba, que junto a otras organizaciones participaron en la guerra del agua el año 2000, para romper con la privatización de un recurso hídrico vital para la vida, en especial de las mujeres.
"Este líquido elemento, debe ser defendido no solo en Bolivia sino en todo el mundo, porque es un derecho humano, el agua es nuestra vida, vemos cuanta agua contiene nuestro cuerpo desde el nacimiento, desde la fecundación, es imposible que el agua tenga dueño, y sí, debemos de hacer un uso racional, sí, debemos aportar para la distribución y el uso de este liquido elemento" agregó como invitada en un seminario organizado por la Fundación Solón, el pasado mes de mayo.
En el planeta, el agua cubre las tres cuartas partes de la tierra, en el mar es salada, en los glaciares está congelada y la subterránea que no es accesible. De toda esta cantidad de agua, sólo el uno por ciento es agua dulce o sea agua apta para el consumo humano.
"En Bolivia tenemos gran parte de agua dulce. Somos felices pese a no tener mar, estamos nadando en agua dulce y no en agua salada, por eso debemos cuidar este liquido que nos dió el creador, la naturaleza, porque el agua no es invento de nadie, ni fabricado por nadie", arengó la dirigenta Virginia Amurrio a los asistentes del Seminario Internacional sobre los Tratados Bilaterales de Inversión y el Arbitraje en el CIADI.
El agua en especial dulce, por ser tan escasa y tan necesaria para la vida cotidiana, en la dieta diaria, la alimentación, el aseo, la limpieza, la agricultura y para el consumo de los animales, debería ser considerada como un bien público y su acceso un derecho humano, pero se ha convertido en un recurso natural codiciado por las empresas transnacionales que buscan mercantilizarla y lucrar con una necesidad vital para la población mundial y el equilibrio de la naturaleza.
A tiempo de señalar que ningún servicio básico debe ser privatizado, Amurrio dijo "nosotros queremos que desaparezca el FNDR, Fondo Nacional de Desarrollo Regional, porque presenta al BID Banco Interamericano de Desarrollo proyectos con alto costo social y a 25 años de crédito (
) porque la administración se apropia del cincuenta por ciento mas uno del presupuesto y la inversión sólo alcanza al cuarenta por ciento, cobrando también provecho sobre los intereses del préstamo".
Asimismo agregó "pero el mismo BID nos dá a fondo perdido para el servicio de caminos, por esta razón nosotros en Cochabamba en este momento estamos peleando para que los servicios básicos como el agua, el alcantarillado, la educación y la salud, tengan créditos a fondo perdido".
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