viernes, 14 de noviembre de 2008

¡BASTA DE REPRESIÓN CONTRA LOS PUEBLOS INDÍGENAS COLOMBIANOS!


COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS,  CAOI


Gobierno de Uribe ordena detener a sangre y fuego la marcha a Bogotá, para neutralizar la solidaridad con la Minga Indígena y Popular

 

Más de 10 mil indígenas, respaldados por campesinos, afrodescendientes, sindicalistas, organismos de derechos humanos, estudiantes, colombianos de pata pelá, ruana, sombrero vueltíao, mochila y tres puntá, rompieron  los anillos de seguridad y  caminaron la palabra por las calles céntricas de Ibagué.

 

Ni el ESMAD ni carabineros que utilizaron la nobleza de los caballos contra los marchantes, ni la intervención de los emisarios de Uribe, el Alcalde de Ibague, Jesús María Botero, y delegados del Ministerio Público que trataron de persuadir a los manifestantes para que no ingresaran a la capital tolimense, pudo frenar la fuerza de la razón y la palabra; llegaron al parque Manuel Murillo Toro, frente al palacio departamental, donde realizaron la audiencia pública y  sólo hasta las 5:30 de la tarde partieron al otro extremo de la ciudad, para descansar en el  centro de ferias – FEXPO.

 

"Fue una orden presidencial para seguir deslegitimando el espíritu de la Minga, pero llegaremos a Bogotá a paso de indio con la fuerza de pueblo", ratificaron miles de caminantes de la palabra de la otra Colombia, que muy temprano en caravana partieron hacia el municipio de Gualanday, de allí caminarán aproximadamente 12 kilómetros hasta la vereda el Chicoral, donde realizarán la audiencia pública para desalambrar la palabra y desenterrar  la memoria de  lucha, con un nuevo Pacto para la Reforma Agraria Integral desde los pueblos y sectores sociales del país más despojado del mundo.

 

REPRIMIR PARA AISLAR

 

Hoy en Ibagué  la Minga caminó la palabra y la dignidad que no resisten los señores de la guerra, por eso provocaron a la gente insistentemente y como no lograron su objetivo, agredieron a la comunidad para evitar la entrada al centro de la ciudad.

 

A la entrada a Ibagué esperaba  a la Minga una pancarta gigantesca de la Policía Nacional que decía: "En Ibagué se les garantiza a todas las personas expresar y defender sus pensamientos. Porque Ibagué... está primero" Policía Nacional.

 

"Ese mensaje me sorprendió porque normalmente esa no es la actitud de la fuerza pública, sin embargo, pensamos que era un gesto de amabilidad con la Minga de los Pueblos, después de toda la agresión de la que somos víctimas campesinos, indígenas, afrocolombianos, mujeres, estudiantes, niños, jóvenes, sindicalistas, entre otros", aseguró un caminante de la Minga.

 

Algunas personas pensaron que iban a respetar la palabra que vienen caminando los indígenas de la mano con los  procesos sociales y populares que se han sumado desde el Cauca hasta Ibagué. Pero se equivocaron, estaban una vez más frente al cinismo de los señores de la guerra, puesto que se opusieron a que entraran a la ciudad y ante la negativa de la Minga procedieron a agredir a la comunidad para evitar su encuentro con  los sindicatos y demás organizaciones que los estaban esperando.

 

Obstaculizaron el paso por un largo tiempo, pero finalmente la Minga continúo su camino. Así lograron escucharse entre pueblos y procesos en Ibagué  y continuaron sumando más conciencia y más sabiduría desde cada ciudad para cuidar esa criatura que necesita crecer con el aporte y compromiso de todas y todos: la Minga de los Pueblos.

 

CARTA DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA DE COLOMBIA - ONIC

 

En octubre, los pueblos indígenas de Colombia, los campesinos, las comunidades afro colombianas y sectores sociales, nos movilizamos  a nivel regional por ciudades y carreteras del país con nuestra Minga  Nacional de Resistencia Indígena y Popular para demandar del Estado y el Gobierno Nacional  protección para nuestras vidas y derechos fundamentales, atención para la tragedia humanitaria que desangra y condena a la miseria a millones de ciudadanos colombianos; así como para denunciar ante la comunidad nacional e internacional los señalamientos infames y criminales del Gobierno Nacional que le otorgan un carácter terrorista a nuestras luchas sociales y delincuencial a líderes, autoridades y organizaciones representativas que las conducen.

 

Nos movilizamos para exigir que el gobierno Nacional honre los compromisos de Estado suscritos con los pueblos indígenas, para defender nuestros derechos territoriales ancestrales y los recursos naturales que como guardianes de la naturaleza hemos protegido durante milenios; para exigir la derogatoria de leyes inconstitucionales e inconsultas que nos despojan de derechos adquiridos y para solicitar que el Estado colombiano firme sin reservas la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos Indígenas.

 

Nos movilizamos para desenmascarar las mentiras y componendas que acompañan las estadísticas falaces y los discursos populistas del Gobierno Nacional, cuando se trata de justificar sus omisiones en el cumplimiento de sus funciones constitucionales y su falta de voluntad política para garantizar la realización de nuestros derechos legales y humanos.

 

En respuesta a nuestra Minga Nacional de Resistencia Indígena y Popular, que ha tenido siempre un carácter pacífico y se enmarca en los derechos legales a la protesta social, la libertad de expresión y  de asociación, el presidente Uribe, señor de la guerra y la violencia, ordenó a la fuerza pública tratarnos como terroristas y objetivos militares. El resultado, la policía y el ejército nacional una vez más demuestran su brutalidad y excesos contra la población civil desarmada y nos masacran a tres hermanos y dejan lisiados víctimas de las balas oficiales y artefactos no convencionales, a un centenar de nuestros compañeros.

 

Por dignidad y en honor a nuestros muertos, exigimos un debate abierto con el Presidente Uribe, que de cara a la comunidad nacional e internacional responda por sus políticas genocidas y explique las medidas de gobierno para conjurar las amenazas sobre la vida, la integridad, la sostenibilidad y la pervivencia de amplios sectores de la población colombiana. Cabe señalar que los pueblos indígenas llevábamos más de cuatro años clamando por un diálogo directo con el Presidente, sin que este fuera posible. Al presidente no le gustan los auditorios que no pueda cooptar y en donde su ego en permanente campaña presidencial pueda ser cuestionado. No le gustan las verdades públicas y mucho menos quienes las proclamamos y trabajamos en la construcción de un Estado Social pluriétnico, multicultural, incluyente, tolerante y sobre todo respetuoso de las libertades ciudadanas, garante de los derechos humanos y respetuoso del derecho internacional humanitario. 

 

Tras múltiples inconvenientes, muerte, violencia y terrorismo de Estado, la Minga Nacional de Resistencia Indígena y Popular por fin logra el dos de noviembre pasado en el Resguardo La María de Piendamó reunirse con el Presidente Uribe. 

 

De este encuentro con el Gobierno Nacional que no logra abordar, ni satisfacer los puntos del debate, nos queda claro que el presidente no está interesado en proteger y garantizar los derechos colectivos, humanos y laborales de los ciudadanos colombianos. Que el Presidente se obstina en señalar como objetivo militar por terroristas y aliados de la guerrilla a quienes defendemos los DDHH de los colombianos y rechazamos por inconstitucional el TLC con los Estados Unidos. Que la Política de Seguridad Democrática requiere de  genocidio, alianzas con paramilitares, crímenes de estado, falsos positivos y el imperio de la violencia para amedrentar a quienes nos oponemos al negocio de la entrega de los recursos naturales de todos los colombianos a las compañías trasnacionales. 

 

Queda también claro que por encima del bienestar, el futuro y los derechos de los ciudadanos colombianos, están los intereses de las compañías trasnacionales y de los empresarios aliados del Gobierno Nacional. Que el Estatuto de Desarrollo Rural es la estrategia legislativa del gobierno para legitimar el despojo territorial cometido a sangre y fuego por los paramilitares e imponer los monocultivos y agro combustibles en detrimento de la seguridad alimentaria de los colombianos. Que el gobierno seguirá impulsando el Plan Colombia, para obligarnos al desplazamiento forzado de nuestros territorios.

 

Pero sobre todo queda claro que la contabilidad de la Seguridad Democrática está diseñada para sumar los asesinatos perpetrados por la fuerza pública contra civiles ciudadanos colombianos desarmados y desprotegidos; asimismo que los soldados y policías de la patria también se pueden convertir en asesinos y criminales, para satisfacer el odio visceral que su Comandante en Jefe de las fuerzas armadas le profesa a los sectores sociales, populares y democráticos de la nación que nos oponemos a su violencia  militar, política y económica.  

 

Frente a los pronunciamientos mentirosos del Gobierno Nacional en el encuentro de La María, su defensa a ultranza de la violencia y el genocidio para proteger intereses foráneos y legislar a su favor; así como su falta de compromisos para proteger y garantizar los derechos humanos, legales y colectivos de los ciudadanos colombianos  y su voluntad de continuar masacrando y empobreciendo al pueblo colombiano, la Minga Nacional de Resistencia Indígena y Popular decidió salir de los territorios indígenas y movilizarse a Bogotá, capital de la republica, para convertirse en su recorrido en la Minga Nacional de los violentados, criminalizados, excluidos, invisibilizados y victimizados por el Estado, el Gobierno Nacional, las compañías trasnacionales, el modelo paramilitar de desarrollo y todos aquellos que pretenden tener sus bolsillos llenos a costa del hambre, la miseria y la falta de bienestar y de futuro de la mayoría de los colombianos.

 

Del diez al veinticinco de noviembre, estará la Minga Nacional de Resistencia Indígena y Popular, entre las ciudades de Cali y Bogotá, caminando la palabra, recogiendo y sumando entre los colombianos su clamor de vida, libertad y soberanía para convertirse en el foro social itinerante y la jornada de unidad comunitaria, social y popular más grande de nuestra historia.

 

Ahora la Minga se volvió país, somos los estudiantes vulnerados en nuestra dignidad, los trabajadores menospreciados y desprotegidos, los sindicalistas, periodistas y maestros asesinados por pensar y construir una Colombia incluyente, los defensores del agua y los recursos naturales como bienes públicos, las victimas de la violencia del estado y los grupos ilegales, los defensores de los derechos humanos quienes demandamos procesos de verdad, justicia y  reparación por los crímenes de guerra. Ahora somos los desempleados y todos aquellos que hemos sido vulnerados en nuestros derechos legales y humanos. 

 

Ahora somos la Minga Nacional de quienes demandamos con dignidad la soberanía del pueblo colombiano, de los asesinados por los soldados de la patria para satisfacer con falsos positivos las demandas de muertos que exige  la política de Seguridad Democrática. Somos la Minga de  quienes  nos oponemos a las políticas genocidas y xenofóbicas del actual gobierno nacional y que estas se prolonguen por una reelección presidencial más. Somos la minga de los campesinos de la leche cruda y las aves de corral. La Minga de los afro colombianos que no queremos ver cultivos de palma sustituyendo las fuentes de nuestra seguridad alimentaria. Somos la nación de cristianos y católicos que creemos en la paz con justicia social como condición para la reconciliación nacional y para superar las causas estructurales del conflicto.

 

 Somos también la minga de quienes rechazamos y nos oponemos a los neocolonialismos y las modernas esclavitudes económicas y militares, esas viajas prácticas que hoy tienen al borde de la extinción a 18 de nuestros pueblos indígenas.

 

Ahora somos nación que se dirige a la Plaza de Bolívar de Bogotá, para exigirle al Gobierno Nacional que responda por el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y las desapariciones forzadas con fines de asesinatos de Estado. Que responda por la miseria, la desnutrición de nuestros niños y la falta de futuro para nuestras nuevas generaciones. Somos nación que le dice no al TLC, que exige el desmonte del actual modelo de desarrollo y que pide se derogue toda la legislación de despojo sobre la base de ser inconsulta y contraria a los derechos de los pueblos.

 

Somos nación que luchamos por nuestros derechos a la tierra y los territorios para sus legítimos dueños, que demandamos del gobierno nacional cumplir los compromisos suscritos con el pueblo colombiano. Ahora somos nación que le pide a la comunidad internacional y sus sistemas de protección de los derechos humanos que nos acompañe y verifique la crisis humanitaria y de derechos que padecemos los colombianos.

 

Ahora somos una nación en resistencia social  y pacifica que le pide  a la Corte Penal Internacional que intervenga en nuestro país para castigar a los responsables de nuestra tragedia.

 

¡QUE EL SILENCIO SE CONVIERTA EN UN SÓLO GRITO DE RESISTENCIA, POR LA MADRE TIERRA!

 

 CONSEJO MAYOR DE GOBIERNO INDIGENA-ONIC
 
Bogotá, noviembre 11 de 2008

 

 

CONTACTO COMUNICATIVO: 312-6394123
AUTORIDADES: 315-8665053 Consejero Mayor ONIC; 310-7871382 Consejera Mayor CRIC; 320-2230437 Consejero DDHH ONIC y ORIVAC. CRIT: 313-8557506 /  312-5865006.
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Foto:ONIC 

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