La palabra libro se escribe ‘kamu’ en kichwa y ‘papí aujtai’ en shuar. Ambos idiomas son oficiales en Ecuador, para la relación intercultural, según la Constitución del 2008.
Aunque se escriba diferente, los pueblos indígenas buscan algo en común: publicar textos de cualquier índole en sus idiomas maternos o también llamados aborígenes.
María Clara Sharupi es escritora en idioma shuar. Ha modificado los signos gráficos de su lengua ancestral para que puedan ser representados por el alfabeto occidental. La también trabajadora de la Cancillería tiene cuidado al expresar sus sentimientos en poemas. Hay cantos shuar que tienen una carga sentimental que no se puede transmitir con palabras. En los textos se las ingenia para que se refleje lo que verdaderamente siente. Ella escribe en shuar y traduce sus textos al castellano. Espera que pronto haya mayor difusión de obras en su lengua materna, que sea leída por el público y no solo por pequeñas comunidades e investigadores.
Sharupi participó del Primer Encuentro de Escritores de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador, que se desarrolló el sábado pasado en la Universidad Andina Simón Bolívar.
Ariruma Kowi, coordinador de la cátedra sobre Pueblos Indígenas, considera que se debe enfatizar en la escritura para difundir el patrimonio de los pueblos en su misma lengua. Como parte del encuentro, se planteó impulsar un proyecto: una biblioteca básica de la lengua y cultura kichwa con 10 libros de poesía, cuentos y narraciones.
Ecuador tiene otros 14 idiomas de uso oficial que se hablan en determinados pueblos. Según el Atlas de la Unesco sobre lenguas, dos han desaparecido. Los autores encuentran otro inconveniente en la difusión de sus textos.
Lucía Lema, kichwa de Otavalo, comentó que los tirajes de las antologías en las que participa llegan a 1 000 ejemplares. Ella es presentadora del noticiero kichwa en Ecuadortv y después de su jornada de trabajo escribe sobre la cosmovisión andina, cuentos que le contaron en la infancia y también sobre temas universales, como el amor, la esperanza o el odio.
Fuente: Diario El Comercio
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