jueves, 2 de marzo de 2017

kamtaturu

Ella se ha dedicado a entregar al mundo las costumbres de su cultura a través de las recetas que heredó de sus ancestros.

"Transmitiendo saberes y sabores del mundo andino" es su frase insigne y con la que se presenta en todas las exhibiciones que tiene Aurora Cayo, una mujer de 57 años que se define como una "cocinera, no soy chef porque ellos estudian, yo aprendí a través de los conocimientos de mi madre, de mi comunidad, y me dediqué a esto, más que por una necesidad económica, por una necesidad de rescatar y valorizar los productos que se estaban perdiendo", afirmó Aurora a este medio.
Nace en el pueblo de Chiapa, en la Comuna de Huara, donde despertaba cada mañana percibiendo los aromas que se traspasaba por la casa, ya que su madre o su abuela preparaban el desayuno, el cual consistía en "papas cocidas, cebolla frita, carne o chicharrón, sopaipillas, más una taza de mate o hierbas, sino un caldo con lo que hubiese en la temporada porque se respetaba mucho las estaciones de cosecha", comentó.
Para ella y su comunidad existe una hoja que es sagrada "la hoja de coca, es la conexión con nuestra madre tierra y alimentar el cuerpo y espíritu, nosotros a través de ella sentimos a nuestros ancestros, con ellos se puede visualizar caminos; no es droga como hoy se le asocia, es una planta que tiene vida y espíritu, entonces al hacerle daño e incorporar químicos ella se revela y causa daño", afirmó Aurora.
Aurora Cayo:
"Nos hemos insertado tanto en esta sociedad globalizada que estamos perdiendo la identidad".

Ella se define como "la voz de los sin voz" y ha sido la persona que ha llevado la cultura aymara a otros rincones, no solo de Chile sino que del mundo. Italia y Milán han sido las ciudades que ha visitado gracias a lo que representa en cada uno de sus platos, además de la energía que siente de sus ancestros y "de los seres de luz que me han ayudado para llegar hasta donde estoy". Según comentó, esos seres son personajes que han aparecido en este largo camino y que la han ayudado para dar a conocer su cultura.
La dicha de haberse convertido en uno de los personajes que inmortaliza la tradición aymara la ha llevado también a creer en ella y sacar provecho de esto para poder sustentarse como una persona independiente. Hantaturu Banquetería Andina, es el emprendimiento que tiene con su hija Susan, una pyme que lleva tres años y "tiene como finalidad dar a conocer, valorar e innovar los saberes y sabores que han sido heredado de nuestros ancestros", aseguró.
Una tradición que se niega a morir, ya que ella ha tratado de realizar las mismas recetas de sus antepasados fusionándolas con diferentes ingredientes y que le entrega la tierra de forma orgánica y absolutamente natural. "Nos hemos insertado tanto en esta sociedad globalizada que estamos perdiendo la identidad. Hoy ser aymara significa el beneficio social, pero realmente el compromiso y estar con la comunidad, y recordar a los ancestros se ha perdido".
En su hogar, ubicado al sur de Iquique, Aurora está en un rincón donde tiene diferentes artículos y alimentos, un ritual donde la mesa de Challa se prepara para ser entregado hoy en ofrenda a la Madre Tierra en período de Carnaval, el cual comenzó hace dos semanas cuando parte un nuevo tiempo agrícola para cosechar, allí se realizan bailes y celebraciones, además de adornar a las llamas con adornos para la fiesta.
Fuente: La Estrella de Iquique

Fotografía: Aurora Cayo

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