Gustvo Soto del CEADESC durante su exposición
(AINI – Plataformaenergetica, Cochabamba).-Los megaproyectos como las hidroeléctricas, son parte de un gran plan de integración y explotación de los recursos naturales cuyo mayor promotor es Brasil, según conclusiones de Gustavo Soto, investigador del CEADESC quien participa del Seminario Internacional Cachuela Esperanza, ¿otra megarepresa en la cuenca del Río Madera?.
La construcción de hidroeléctricas es parte de una serie de proyectos de infraestructura y comunicación que todos los países de Sudamérica se han comprometido llevar a cabo a través del Comité Coordinador de la Infraestructura de América del Sur y Planificación COSIPLAN que es parte de la estructura de la Unión de Naciones Sudamericanas UNASUR.
"En el año dos mil los gobiernos de los 12 países crearon la Iniciativa de Integración Regional Sudamericana IIIRSA, un gran plan de megaproyectos donde la mayoría de los gobiernos eran neoliberales, después de 10 años con gobiernos progresistas o de izquierda se crea el Cosiplan que es una continuidad del IIRSA cuyo principal objetivo es conectar los recursos naturales con la gran economía global" asegura Soto.
A decir del investigador, la construcción de los megaproyectos están actualmente promovidos por el Brasil a través del Banco Nacional de Desarrollo del Brasil BNDES quién realiza los prestamos y recursos financieros.
"El Brasil es el principal interesado, junto con Chille para que se desarrollen los proyectos de infraestructura, sean carreteras, hidrovías, hidroeléctricas y otras, que permitirán el crecimiento de sus aparatos industriales y la circulación de recursos naturales y productos desde el Océano Atlántico hacia al Océano Pacifico para exportar hacia los mercados emergentes como la india y China"
Finalmente, Soto destacó que la puesta en marcha de estos proyectos responde también a grandes intereses de empresas multinacionales que necesitan de la infraestructura para movilizar sus productos y tener acceso a los recursos naturales que se encuentran en su mayoría en la Amazonía Sudamericana.
"Cuando se construye estos proyectos no se piensa en los efectos ambientales y los costos que representan para las poblaciones locales. Los gobiernos nacionales, como el boliviano, venden estas obras como una oportunidad de desarrollo pero el fondo se sigue repitiendo la lógica de permitir el acceso a los recursos naturales y vender las materias primas a las economías emergentes y seguir alimentando el modelo capitalista que irónicamente critica el gobierno de Morales", manifestó Soto.
ROT
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