domingo, 13 de diciembre de 2009

Wallmapuwen ante las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias

 

 

El próximo domingo 13 de diciembre los ciudadanos de Chile y el Wallmapu serán convocados para las elecciones presidenciales y las elecciones parlamentarias de diputados y senadores. Ante este evento Wallmapuwen expresa a nuestro pueblo y ciudadanos del País Mapuche su posición política.

 

 

Elecciones presidenciales

 

Desde que asumió la Concertación la administración del Estado, socialistas, democratacristianos, pepedés y radicales se han transformado en los administradores del modelo económico neoliberal heredado de la Dictadura militar. Este modelo depredador –así como los intereses y poderes fácticos que están detrás– exige la expansión de las plantaciones forestales en desmedro de nuestras comunidades, nos impone los megaproyectos que desfiguran el País Mapuche, y permiten el saqueo de nuestros recursos naturales. En el terreno económico, que el próximo presidente sea Eduardo Frei o Sebastián Piñera no será más que la continuidad de dicho modelo neoliberal, con todo lo que ello implica en particular para nosotros los mapuche.

 

Sin embargo, en el terreno político y de los derechos humanos los gobiernos de la Concertación tenían, para vastos sectores mapuche, una legitimidad democrática frente a la derecha pinochetista. Por otra parte, la Ley indígena de 1993, que reemplazó la legislación de la Dictadura, fue vista por muchos como un progreso y como una vía para solucionar los graves problemas de pobreza y marginación que nos afectan como pueblo. Pero todo ello es ahora parte del pasado.

 

La política represiva contra nuestro pueblo de los últimos gobiernos de la Concertación ha sido de una gravedad extrema, con la muerte de cuatro militantes mapuche y la encarcelación actual de más de una cincuentena de presos políticos. Los prisioneros mapuche están procesados por Ley de Seguridad Interior y Ley Antiterrorista, pese a las recomendaciones de organismos internacionales de derechos humanos de no hacer uso de estas leyes represivas heredadas también de la Dictadura. Estamos ante una política de Estado de violación de derechos humanos, que nos golpea como pueblo.

 

Por su parte, las propuestas "alternativas" de Jorge Arrate y Marco Enriquez-Ominami en relación al conflicto en Wallmapu no nos parecen a la altura que exige la gravedad de la situación. La propuestas de ambos candidatos se sitúan en un contexto estatonacional, en el cual el conflicto en el Wallmapu y la represión contra nuestro pueblo ocupan un lugar bastante secundario. Ante la falta de alternativas reales en estas elecciones presidenciales, un acto de dignidad mapuche debe expresarse entonces en el voto nulo.

 

Sabemos ya que en cada elección presidencial la Concertación chantajea a los ciudadanos con el retorno de la derecha al poder, escenario cada vez más plausible. Desde luego, ningún sector progresista, ningún demócrata puede ser favorable a una victoria de la derecha. Pero la responsabilidad primera no es de los sectores democráticos que hemos abogado por cambios profundos en el sistema político y el modelo económico, sino de aquellos sectores en la Concertación que contando con el rechazo al pinochetismo se han enquistado en el poder y operan con la única voluntad de conservarlo. Y que hoy además hacen uso sin vacilar de ese poder para ejercer la represión contra nuestro pueblo.

 

 

Elecciones parlamentarias

 

Las elecciones parlamentarias no constituyen hoy un terreno favorable para la participación política mapuche. El carácter antidemocrático del sistema electoral binominal distorsiona la representación popular, favoreciendo los grandes conglomerados y bloqueando la aparición de nuevas fuerzas políticas. La Ley de partidos cumple la misma función; lo hemos podido comprobar con las múltiples objeciones y trabas del Servicio Electoral a nuestra inscripción como partido legal, y en la objeción por trabas administrativas de la candidatura independiente de nuestro Presidente, Gustavo Külakew, en el Distrito 51.

 

Sin embargo, las parlamentarias constituyen una potente tribuna política. Y en un escenario político de mayor democratización de la vida política al interior del Estado, una trinchera de lucha electoral que ninguna fuerza mapuche podría menospreciar. En este contexto se enmarcó la candidatura independiente de Gustavo Külakew en el Distrito 51, que buscaba por un lado visibilizar el verdadero apartheid político que nos afecta en el Wallmapu y, por otro, dejar al descubierto el entramado legal que secuestra en Chile la voluntad popular e impide el acceso al Congreso de fuerzas políticas emergentes.

 

Ante la ausencia de una alternativa propia en esta elección, Wallmapuwen ha decidido entonces apoyar la candidatura independiente a diputado por el Distrito 51 de Domingo Ñancupil, ex alcalde de Puerto Saavedra y quien renunció a su militancia en el Partido por la Democracia (PPD). De la misma forma, apoyamos en el Distrito 48 la candidatura independiente de Diego Ancalao, joven dirigente social mapuche y quien renunció a su militancia en la Democracia Cristiana (DC). En el caso de las elecciones a senadores, nuestro partido ha decidido apoyar la candidatura de Francisco Huenchumilla, en la circunscripción 15. Huenchumilla ha criticado la política del gobierno en el conflicto en el País Mapuche y condenado públicamente la represión, cosa que no han hecho otros militantes mapuche de la Concertación, en particular quienes ocupan puestos de responsabilidad en sus respectivos partidos.

 

Precisamos que nuestro apoyo a estos tres candidatos lo realizamos en su calidad de mapuche y con el compromiso de ser en el Congreso voces de denuncia constante de los atropellos que sufre nuestro pueblo y promotores de medidas para garantizar nuestros derechos nacionales en Wallmapu. Está claro que este apoyo político no puede ser en ningún caso leído como un apoyo a las listas parlamentarias donde han sido acogidas sus candidaturas independientes, así como tampoco como un apoyo a la coalición gobernante o la democracia cristiana en el caso de Francisco Huenchumilla.

 

 

Descentralización del Estado y democratización de las regiones
 
Como ciudadanos los mapuche estamos concernidos por la política estatonacional, lo que ocurre en ese ámbito nos afecta. Sin embargo, para nuestro pueblo las elecciones presidenciales no son centrales; nuestro peso electoral no es determinante a nivel estatonacional, pero sí en el País Mapuche. Insistimos por ello en la centralidad del Wallmapu para el movimiento nacional mapuche, y por lo tanto, en su condición de principal espacio para la acción política de nuestro pueblo.

 

Como partido mapuche, como partido del Wallmapu, reiteramos nuestra exigencia de democratización de las regiones, es decir la elección popular de las autoridades regionales. La democratización de las regiones deberá ir acompañada de la descentralización del Estado en favor de las mismas, de la creación de una verdadera Asamblea y Ejecutivo regionales, con poderes reales sobre todo lo que atañe directamente a la región.

 

La democratización del espacio regional, su transformación en un espacio político mediante la elección de las autoridades regionales son una exigencia democrática básica, legítima en cualquier circunstancia y lugar. Pero, para nosotros como pueblo, es además una exigencia nacional: mientras no exista ese espacio político democrático regional no habrán posibilidades reales de acumular fuerza política en nuestro propio territorio.

 

 

Fuerza política propia

 

En los últimos años el movimiento mapuche se ha constituido en un actor cada vez más independiente de los partidos políticos chilenos, si lo comparamos con lo que acontecía algunas décadas atrás, cuando la dependencia partidaria chilena cruzaba por igual a líderes de todas las organizaciones. Pero ello ha cambiado. Es más, la dinámica de lucha y combate político social de nuestro pueblo se mueve muchas veces fuera del ámbito de acción de dichas colectividades. Sin embargo, en el terreno electoral, los partidos chilenos siguen condicionando enormemente nuestra vida política en el Wallmapu. Lo hemos visto en cada elección pasada. Y seguirá sucediendo de no tomar como pueblo cartas en el asunto.

 

Sin un instrumento político propio, la lucha social mapuche se vuelve insuficiente sino muchas veces estéril. Sin un instrumento político propio, la lucha electoral mapuche se vuelve ineficiente, cuando no meramente testimonial o simbólica. En este sentido, nuestro diagnóstico es claro: No podemos conformarnos con ser sólo una eterna fuerza de presión que llegado el momento otros capitalizan políticamente. Nuestro objetivo como pueblo debe ser aspirar a gobernar en nuestro territorio, junto a una mayoría política y ciudadana que abogue por la democratización y la autonomía del País Mapuche. Y para ello se requiere un instrumento político propio. Más claramente, un Partido.

 

Independiente del resultado de las elecciones, los desafíos persisten. Debemos seguir exigiendo reformas democráticas que permitan la vida política de las regiones y mayor incidencia de nuestro pueblo en el Wallmapu. Sabemos que ello no será posible mientras no sean reemplazadas la Constitución, la Ley Electoral y la Ley de Partidos. Debemos también romper el tutelaje que ejercen los partidos chilenos, sean de izquierda, centro o derecha, sobre la dirigencia de muchas organizaciones de nuestro pueblo. De lo contrario seguiremos robusteciendo el colonialismo. Más grave aun, seguiremos negando la posibilidad de asumir como pueblo el control político de nuestro destino.

 

 

 

                     
W A L L M A P U W E N
Un Partido para el País Mapuche
Temuko, Wallmapu, 08 de Diciembre de 2009

 


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