Camila Queiroz
Periodista de ADITAL
Adital
Cansados de ver que sus bosques son destruidos por madereros ilegales y por el crimen organizado, los indígenas purépechas, en el municipio de Cherán, estado mexicano de Michoacán, resisten con barricadas y más de 100 fogatas, en cada esquina, desde el 15 de abril.
En un blog destinado a divulgar sus acciones, los indígenas explican que luchan contra los madereros y el crimen organizado, que desde 2007 ya robaron el 80% de la madera del lugar, o sea 20 mil de las 28 mil hectáreas.
El 15 de abril, los perépechas percibieron que la situación estaba afectando inclusive a las nacientes de los ríos, poniendo en riesgo los recursos hídricos. Toda la comunidad, de 20 mil personas, armó barricadas e hizo fogatas, y, a la mañana, impidió el acceso de camiones y detuvo a cinco madereros, que fueron soltados días después. Hasta ahora, el conflicto dejó más de cinco desaparecidos, cinco asesinados y muchos heridos.
Como consecuencia de las amenazas de los madereros, niños y adolescentes tuvieron clases alrededor de las fogatas durante todo este período. Según la secretaria de Educación del Estado, Graciela Andrade García Peláez, las escuelas reabrirán hacia fin de mes.
La resistencia se produce colectivamente y los indígenas analizan que todo esto generó un reavivar de la convivencia comunitaria. "(…) la historia de este pueblo la escriben los mismos pobladores, quienes desde la fecha aciaga y sin faltar un solo día con sus noches, mantienen guardias permanentes en los accesos y en los cuatro barrios de la comunidad a través de la reactivación de una forma ancestral de organización, la ronda comunitaria", revelan.
A pesar del ejemplo de lucha y autoorganización, los indígenas no obtuvieron una respuesta de parte del gobierno, que se exime de esa responsabilidad. En relación con esto, denuncian que los miembros del Grupo de Operaciones Especiales de la Procuraduría de Justicia Estatal son "omisos" en relación con los madereros, actitud que consideran reprobable. "Y pese a que ha sido planteado y quedado asentado en varias minutas en reuniones entre indígenas y autoridades, brilla por su ausencia la seguridad pública solicitada", reclaman.
Los indígenas dejan en claro que no quieren la presencia del Ejército mexicano o de la Policía Federal Preventiva, pues creen que la ronda comunitaria es un modo más interesante de defensa. Por otro lado, piden que las fuerzas policiales vigilen algunos accesos, como la salida de Nahuatzen, donde se ha visto inclusive a personas armadas.
En entrevista con el sitio web Periodismo Humano, la viuda del indígena dirigente del Comisionado Cultural, Tirso Madrigal, el primer asesinado por los criminales, reclama justicia y acusa al Estado de ser cómplice de los madereros. "Parece que el gobierno está involucrado en el crimen, si no, ¿por qué no nos ayudan?", se pregunta la esposa de Tirso, que prefiere ocultar su nombre.
El portavoz de los indígenas, Salvador Campamur, enfatiza el sentido de conservación ambiental en la lucha de Cherán. "Esto no es una demanda política o económica, va más allá, de nuestros bosques, de nuestra madre naturaleza, depende nuestra vida y el seguir viviendo en nuestro territorio y lo vamos a seguir defendiendo hasta que vuelva a la normalidad", declara.
Según los purépechas, el robo de la madera comenzó el año de 2007, cuando los madereros se aprovecharon de una crisis política en la ciudad, con las elecciones a alcalde.
A partir de entonces, el bosque fue invadido por los madereros y también el crimen organizado resolvió hacer su parte. Las bandas pasaron a cobrar un valor sobre cada camión de madera que sale del municipio y, en compensación, "protegen" a los madereros en la acción ilegal.
Después de la destrucción de gran parte del bosque, surgió otro problema: el aguacate o la palta. Ahora, agronegociantes quieren arrendar las tierras para cultivar ese fruto, lo que los indígenas no aceptan, pues consumirá mucha agua y no forma parte de la flora del lugar.
Fuente: Adital
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com Vea Además: Cherán, el pueblo que se levantó contra el narco
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