lunes, 15 de septiembre de 2008

Bolivia: La sangre de El Porvenir


Septiembre 14, 2008.

Queridos lectores:

Cuando inició la semana el lunes 8, la oposición en Bolivia volvió a
sacar su capacidad para el terror a las calles de Santa Cruz de la
Sierra. Con el pretexto de defender la democracia y exigir la
devolución de un impuesto que no significa ni siquiera la mitad del
presupuesto departamental, los hombres y las mujeres que responden al
Comité Cívico Pro Santa Cruz atacaron oficinas del Estado, indígenas,
dirigentes sociales... atacaron al gobierno del presidente Evo Morales
y, sobre todo, agredieron a palos la democracia y la estabilidad
difícil de este país.

Y lo mismo hicieron los canallas que se les subordinan en Tarija, Beni
y Pando. Todos los días recientes se llenaron de noticias sobre
enfrentamientos, golpizas, pateaduras, saqueo y quema de
instituciones. Pero esta vez hubo un cambio ligero en la serie de
eventos a la que quieren acostumbrarnos el gobierno, las fuerzas
represivas y los terroristas de la oposición. La policía comenzó a
hacer su trabajo en Santa Cruz, impidiendo al menos temporalmente que
algunas oficinas del gobierno fueran tomadas libremente... y en la
ciudad de Tarija, donde el mercado campesino fue un objetivo para la
oposición, la gente de a pie respondió a las agresiones, desatando una
batalla campal que nadie pudo controlar.

Branko Marinkovic, líder cívico cruceño, dio muestras por ahí de un
cinismo genial, del robo de discurso que vienen haciendo: envío una
carta abierta a Evo acusándolo de toda violencia contra sus
correligionarios. Es decir, los racistas de siempre, armados con palos
y pistolas, no estaban maltratando a nadie... la toma de las oficinas
del Estado, las manifestaciones de protesta eran eventos "pacíficos".
Algunas informaciones les recolectamos al respecto:

http://www.ukhampachabolivia.org

Evo Morales expulsó al embajador gringo Philip Goldberg el miércoles
10 de septiembre (memoricen la fecha). Ya deben saberlo, pero lo acusó
de complotar con sus opositores en afanes golpistas ("golpe de Estado
civil", lo denominó uno de sus ministros). Por primera vez en 170
años, un embajador de los Estados Unidos fue expulsado así... y una
ola de calor animó a quienes en este país no necesitan pruebas para
saber que los diplomáticos de Washington siempre están metidos en algo
para joderlos: unos cinco millones personas en las calles de El Alto,
en los reductos populares de Santa Cruz y en las organizaciones
sociales festejaron sobriamente a su presidente... "Ya era hora", nos
dijo una tarde un taxista amigo.

Pero nada nos preparó para lo que ocurrió el jueves 11 de septiembre
en el departamento amazónico de Pando, la región más al norte de
Bolivia. Ahí mandaba Leopoldo Fernández, prefecto surgido de la
derecha militar y narcotraficante que en otros años lideraba el ex
dictador Hugo Banzer. Ahí también, según resultados del referéndum
revocatorio de mandato del pasado 10 de agosto, el apoyo al presidente
Evo ha crecido hasta la mitad de la población. Ahí el asesino de
Fernández contrató sicarios de los vecinos países de Perú y Brasil
para emboscar una marcha campesina que se dirigía a la ciudad de
Cobija, capital de ese departamento.

En un punto conocido como 3 Barracas, localidad de El Porvenir,
sicarios y campesinos cruzaron su destino. Fueron asesinadas al menos
30 personas, aunque los testimonios y los cuerpos no dejan de aparecer
y apuntan a que podrían ser hasta 70. Desde ese oscuro día, decenas de
heridos se esconden en el campo y los montes cercanos; otros no
recibían atención en instalaciones públicas y eran hostigados por la
gente de Leopoldo Fernández.

Desde entonces, hemos sabido de compañeros del movimiento campesino,
de familiares de gente querida, de amigos hechos en diferentes
caminos... algunos muertos, otros severamente dañados por esos matones
contratados por un cobarde que, obviamente, apenas vio que el ejército
llegaba a sus "feudos", salió huyendo ante la orden de captura lanzada
por el gobierno de Bolivia.

Ni siquiera los medios comerciales, casi todos propiedad de opositores
al gobierno, han podido ocultar este drama. Y aunque algunos
periodistas canallas insisten en culpar a Evo y a su gobierno de todo,
como dicen sus amos, no ocurrió así. Apenas dos de las muertes son de
su bando. Igualmente, aunque se pretende mostrar el suceso como uno
más de los "violentos enfrentamientos" que vivimos en Bolivia, lo de
Pando fue una masacre... fue una cacería de personas.

María Eugenia Flores Castro, jefa en UBtv, está como nosotros desde
ese día llamando y preguntando a nuestros contactos, a nuestros amigos
de allá. Y fue encontrando algunos videos, recortes de realidad que ha
puesto en nuestro modesto canal de tv:

http://www.ubnoticias.tv

Pero Mauge no detuvo en UBtv su trabajo. Como podrán leer y escuchar
en UB, Mauge ha seleccionado y publicado reportes y testimonios.
Buscando y seleccionando estuvimos todo el fin de semana para ver si,
en medio del dolor compartido con nuestra gente, era posible darles
una mínima visión general del horror y de la muerte que, una vez más,
las elites enfermas bolivianas le tienen siempre reservada a los
indígenas, a los campesinos, a los pobres...

Pueden escuchar ahora a dirigentes que lloran y, posiblemente ya sin
familia, tienen que vivir clandestinos. Es el caso de don Eugenio Vela
en Rurrenabaque y de los dirigentes de la Confederación de Pueblos
Indígenas de Bolivia, la CIDOB, en Santa Cruz.

Pueden mirar las fotos de los heridos en El Porvenir... y sí, pueden
escuchar su dolor, pero también su rabia. Es claro en más de un
testimonio que no se van a quedar las cosas como están... la gente de
este país parece cada vez menos dispuesta a esperar que el gobierno
actúe y los militares cumplan con su deber. El sábado por la noche
hubo ya un ejemplo en el Chapare, en un bloqueo de caminos que aisla a
Santa Cruz, cuando los campesinos de la región enfrentaron a los
paramilitares cruceños y los enviaron de vuelta a su guarida.

La masacre en Pando dejó como cierto que la oposición no se mueve nada
más con su profundo desprecio por los de abajo, con racismo. Para
nosotros, Marinkovic y su banda, Costas y los demás prefectos, ya se
mueven en la lógica de la guerra. Y aunque poco pueden avanzar, siendo
tan pocos, hasta hoy no han sido detenidos. Y las preguntas sobre lo
que sigue abundan... pero si los que han cambiado el destino de
Bolivia sufriendo y muriendo entran definitivamente al escenario queda
claro que la sangre en El Porvenir no correrá sola.

No cierren los ojos, no tapen sus oídos... y saquen sus propias
conclusiones. Nosotros les vamos a seguir informando.






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