miércoles, 25 de agosto de 2010

Hambre de Justicia: Entrevista a los Presos políticos mapuche




Esta no será una entrevista cualquiera. Al realizarla y redactarla me he enfrentado a miedos, creencias y prejuicios. Que están plasmados aquí, abierta y honestamente.

– Esta no será una entrevista cualquiera, porque mi entrevistado es un joven, que lleva más de 20 días sin comer y más de un año preso en la Cárcel El Manzano, sin que se le haya probado ningún delito. Aún así, sigue luchando valientemente, por lo que cree justo.

Por Sofía Fernández

Cuando fui a "la cana" a ver a los presos políticos mapuche, tenía miedo. Me habían dicho que eran hoscos, fríos, hostiles y distantes. Pero haciendo uso de una de los pocos beneficios que tiene ser periodista, decidí conocer la noticia de primera fuente. En el pabellón 9, junto a otros presos, recibían a sus familias tomando mate y comiendo pollo cocido y arroz blanco. Eran gente normal, cariñosos con sus familias y amigos, risueños a ratos, a veces también tristes. Pero sin duda, más valientes, tanto como para dar la vida por su progenitores.
Así lo entendí en otra visita, esta vez no comían pollo ni tomaban mate, estaban en huelga de hambre. Entonces le pregunté a Ramón Llanquileo, joven agricultor de la comunidad de Puerto Choque, preso desde abril del 2009 ¿Qué es para ustedes la tierra? Ella es nuestra madre, me respondió. De inmediato pensé: ¿Qué harías si tu madre es violentada, violada y asesinada?
La misma madre a la que los huincas hemos dado la espalda, pierde su fertilidad y riqueza a manos de industrias, principalmente forestales y mineras, que protegidas por el gobierno avanzan sin freno. Pero ¿Por qué mejor no dejarla, simplemente, irse de allí?

Es que para Ramón, quién no hace nada, quien calla, es cómplice. De hecho así se refiere a ciertos sectores de la izquierda que según cuenta, han guardado silencio frente a los abusos y violaciones a los derechos humanos cometidos en las comunidades mapuche. "Sólo se han involucrado quienes quieren un dividendo político" me cuenta, al mismo tiempo que escribe un comunicado de prensa. En estas condiciones no puedo exigirle mucha concentración, queda poco para que se acabe el horario de visita y además de la redacción del comunicado, debe aprovechar de ver a sus seres queridos y escuchar otras conversaciones que allí se desarrollan.
Sé que no alcanzaré a preguntar muchas cosas, es que entramos tarde porque costó un mundo que nos permitieran el ingreso. Al menos alcanzaré a entender las razones de la huelga, detalles del juicio y su experiencia durante el terremoto. Sin grabadora (porque no se puede entrar con pendrive o algo parecido) trato de reproducir integramente sus interrumpidas respuestas.

Kilos de injusticia

Es 23 de julio, han bajado entre 6 y 8 kilos. Al momento de redactar esta entrevista es 8 de agosto llevan 27 días de huelga de hambre y 10 kilos perdidos, ni una sola respuesta del gobierno. Han habido marchas en todo Chile y en el extranjero y se anuncian más movilizaciones para el 18 de agosto. Ramón es joven, moreno como muchos mapuche y muchos chilenos, es amable y me saluda muy cordial. Tan sencillo y tan humilde que me genera ternura. Ya no tengo miedo de visitarlos, ni de preguntar. Si temo un poco malinterpretarlos o perjudicarlos con algún dicho, es que cuando se da una lucha tan grande, hay que manejar la prensa con cuidado.
Por eso Ramón responde con precisión y lentitud, Ni una palabra más, ni una palabra menos, como si me estuviera dictando de memoria. No habla sólo por él, en sus respuestas trata de representar el sentir de sus compañeros en huelga, muchos de ellos pertenecientes a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM).

¿Para qué es la huelga de hambre?

En primer lugar, para exigir que no se aplique la ley antiterrorista en la causa mapuche. En segundo lugar, el no procesamiento por justicia militar, porque como mapuches y civiles no tenemos las garantías de una defensa justa, ya que en este minuto el fiscal actúa como acusador y juez. Además, se nos está procesando por dos justicias, militar y civil. En definitiva lo que queremos es garantías de un juicio justo. Finalmente, pedimos la libertad de los presos políticos mapuche y la desmilitarización del territorio mapuche.

¿Cuáles son las razones de su encarcelamiento?

Se debe a presiones del empresariado. El estado Chileno sólo ha garantizado las inversiones de los empresarios sin respetar los derechos del pueblo mapuche.

¿Pero de que se les acusa?

Del ataque al fiscal Elgueta.

¿Y qué dicen ustedes al respecto?

Era un enfrentamiento de una comunidad en conflicto, se trató de autodefensa.

¿Cómo argumentan, que no deben ser juzgados por la ley antiterrorista?

Por que la ley es una obra de Pinochet hecha en dictadura para reprimir a los movimientos y organizaciones sociales, ese es su sentido y por lo mismo, a esta altura con la "democracia" y toda esta parafernalia, no se debería aplicar, más aún considerando las demandas sociales de la gente. Y además, porque si el gobierno ha seguido aplicando esta ley, es netamente para defender los intereses del empresariado transnacional y el libre mercado que rige al país. Para eso recurren a estas leyes. Y esa es la verdadera razón de nuestro encarcelamiento.

¿Han tenido apoyo?

Si, de la familia y de las organizaciones sociales, pero se puede hacer una crítica a los sectores populares de izquierda, ellos se han mantenido al margen en silencio, en relación a la represión y la violencia; y quien guarda silencio es cómplice. Sólo se han involucrado quienes buscan sacar algún dividendo político.

Madre tierra

Cuando Ramón habla de la importancia de la tierra, recuerdo un conversación que escuché en Temuco, eran dos viejitas, claramente mapuche, que esperaban en la entrada del hospital. "Buu, si yo últimamente me lo paso en el hospital, me lo paso enferma" le contaba una a la otra "Si, yo también, es que como ya no hay bosque perdí todos mis lawen (remedios)" se decían. Para ellos, la tierra es mucho más que el polvo que arrastran los zapatos o esa piedra sobre la cual hacen una casa. La tierra es la que le da al pueblo mapuche el alimento, la medicina, la religión y la cultura, si hasta había una forma de comunicación basada en los árboles. Y no cualquier tierra sirve para sembrar, recoger hierbas medicinales, conectarse con Dios o construir una cultura.
Una tierra ultrajada y sobrexplotada por la industria minera y forestal, definitivamente, es una tierra muerta. Por eso, el discurso mapuche habla de sustentabilidad y respeto, de recuperación, de sanación y construcción.

¿Cuáles son las demandas en general del pueblo mapuche?

Recuperar los territorios usurpados y con ello anhelar un proceso de reconstrucción nacional. Nosotros lo vemos simple, nosotros recuperamos un territorio y sobre él reconstruimos nuestra cultura y religiosidad.

¿Cuál es su relación con la tierra?

Somos uno más dentro de la tierra y el mundo. Ella es nuestra madre y no podemos disponer de ella y sobrexplotarla. Tenemos que buscar recuperar y de esa forma de hacer uso racional de la tierra. Si no lo hacemos así, nos convertimos en un huinca más.

¿Qué pasa con la gente que ha comprado tierras en sectores mapuches, tienen fundos, etc. y son mostrados por la prensa como víctimas de hostigamiento por parte de los mapuche?

El mundo mapuche es amplio, grande, hay gente que ha privilegiado entrar en un proceso de recuperación, en el que se enfrentan a esa gente. Pero nosotros (CAM) no lo compartimos. Creemos que no vale la pena pelearle a ellos. Nuestra lucha es contra las Forestales y Mineras que se instalan en estos sectores. En la zona del Lleu Lleu al menos, nos enfrentamos a problemas en relación a la propiedad del agua y a las política de desarrollo que el estado pretende impulsar en el Wall Mapu.

¿Cómo es la realidad de las comunidades mapuches?

Difícil y diversa. En muchos casos genera anticuerpos plantear la reconstrucción de nuestro pueblo muchos se sienten chilenos. Y queremos y debemos hacer que resurja el pueblo mapuche, con identidad, unidad y religión. Finalmente es un gallito entre empresariado, estado y pueblo mapuche.

¿Inocente hasta que se demuestre lo contrario?

Al conocer los detalles del juicio da una impotencia terrible. A veces parece una película de esas de suspenso desesperante. Como esa donde Richard Gere esta en China y lo corrupto y poco transparente del sistema judicial autoritario, no le permiten defenderse de un crimen del que es inocente.
Pero esto es real y esta sucediendo aquí cerca. Peor aún, sucede que estamos en "democracia", los juicios son orales y abiertos, la prensa es "libre" y en lugar de un protagonista hay más de 30 (considerando sólo a los que están en huelga de hambre). Pero el panorama es aún más desolador que en la pantalla, porque gran parte de los comuneros fueron procesados por justicia civil y militar. Esta última es completamente hermética, al punto que no conocen datos clave del proceso que llevan y además, los tiene hace más de un año en prisión preventiva, pues aun no se les ha probado ningún delito.
Deben contar con dos abogados, que su familias costean a duras penas, aunque estos cobren menos. Para seguir aportando con algo a los hogares de los que han sido arrebatados, confeccionan artesanías y muebles, que algunos amigos compran o venden afuera. Muchos tiene hijos, algunos nacieron mientras estaban encarcelados. Otros vivieron la muerte de familiares, estando presos y eso que, insisto, aún no han sido declarados culpables.
Pero afuera, nadie hace ni dice nada. Quienes lo han intentado, han recibido ejemplificadores castigos. La documentalista Elena Varela, por ejemplo, fue apresada mientras filmaba un documental Newen Mapu. Los periodistas franceses, Christopher Cyril Harrison y Joffrey Paul Rossj, fueron detenidos el 17 de marzo del 2008 en Collipulli, mientras filmaban a un werkén. La policía les requisó los equipos de filmación, así como las cintas que contenían el trabajo realizado hasta ese momento. Giuseppe Gabriele y Dario Loseffi, periodistas italianos, sufrieron la misma suerte mientras registraban una movilización contra la forestal Mininco.
No obstante, hace más de un mes el programa "Contacto" difundió un reportaje titulado "Guerrilla en Arauco", hoy enfrentan un recurso de protección del pueblo mapuche, que acusa sesgo en el tratamiento del tema. De la huelga de hambre, de la justicia militar, de los testigos sin rostro y el doble procesamiento, nadie dice nada.

¿Qué opinan de la prensa y cómo ha tratado el tema?

La prensa de derecha no ha dicho nada, como era de esperarse. Y a nivel internacional se le ha dado cobertura al tema pero de manera informativa nada más.

Sobre el juicio, ¿qué ha pasado?

Llevamos 1 años 3 meses. El juicio está viciado, ya que por la ley antiterrorista se pueden usar los testigos sin rostros, que nosotros no sabemos quienes son y que además puede usar versiones de terceros. Cuando se desmoronaron las acusaciones, volvieron a reformalizarnos. Ahora fuimos reformalizados. Pero también se cayó, porque algunas personas de las formalizadas lograron acreditar que no estaban allí, pero salieron con medidas cautelares y aún están esperando juicio.

¿Y ustedes que esperan del juicio?

En el juicio esperamos acreditar nuestra inocencia técnicamente, en relación a como se ha llevado el juicio. Pero políticamente, sabemos que la razón de nuestro encarcelamiento es que hemos llevado una confrontación a los intereses económicos de la zona.

Todos queríamos ser weichafes

Durante el terremoto recordé mucho al pueblo mapuche. Estábamos en San Pedro de la Paz, al otro lado del río, sin electricidad, agua potable, ni tecnologías. Se echó a correr el rumor de que venía una "turba" a saquear nuestras casas y rápidamente todos los vecinos se armaron de pistolas, palos y cuchillos, para defender "lo que es nuestro" "aquello por lo que hemos trabajado tantos años", decían, con la adrenalina hirviendo.
Detesto la violencia, nunca me gustó la idea de defender nada "que se lo lleven todo" le decía a papá, para nadie entendía mi lógica. Sobrepasados por las circunstancias, los militares le recomendaban a mis vecinos "organícense y defiéndanse, por que nosotros no damos abasto, si alguien entra en su casa pueden dispararle". Finalmente, en medio de la noche, haciendo guardia como cientos de penquistas a esa misma hora, sentí el miedo, me hice parte del ejercito de las fogatas y salí, con un puntiagudo palo, dispuesta a pelear con quien quisiera invadir nuestra zona.
Pasado el susto, con mi hermano y mi padre analizamos el suceso. ¿Cómo no entender a weichafe (guerreros) cuando defienden sus milenarios territorios? ¿No hicimos nosotros lo mismo, por una casa arrendada y unos metros cuadrados en los que no crece ni un gomero?
Mientras nosotros, conversábamos, la cárcel El Manzano era tierra de nadie. El pabellón donde residen los presos políticos, tiene algunos beneficios de los que carecen los otros reos. Pueden recibir otro tipo de alimentos, tienen gas para cocinar, herramientas para trabajar, en fin. Por eso después del terremoto, en medio del caos, los reos comunes quisieron entrar al pabellón 9. No previeron eso si, que se encontrarían con los weichafes.

¿Qué pasó durante el terremoto?

Gendarmería no veló por la seguridad. No se hizo distinción entre comunes y políticos. Nos salvamos solos, porque la cárcel fue un caos durante dos días.

¿Tuvieron que pelear?
Tuvimos que defender el espacio que habitamos, eso va a ser aquí y en cualquier lado. Y cuando respondes a una orgánica de actitud de luchador o weichafe. No podemos contar más, porque aún se se está llevando un sumario.

Terminó la hora de visitas y los mismos internos nos piden que salgamos rápidamente, para no tener problemas con gendarmería. Luis Menares, otro de los internos (que se ve muy niño) me despide cariñoso y dice: "Cuídese y fuerza allá afuera". Cuando salgo de la cana, ya no le tengo miedo a los mapuche, le tengo más miedo a los empresarios y al gobierno. En cualquier momento, si haces o dices algo que va contra sus intereses, puedes ser atrapado y encarcelado. Si eres parte de una minoría (sexual, étnica o religiosa) mucho peor, es muy fácil acallar a alguien cuando controlas la economía, la política, la religión y la prensa.
Se trata por tanto de una lucha contra gigantes. Ahora lo entiendo, no es contra nosotros los cómplices huincas, sino contra la inmensa maquinaria devastadora y el sistema político, judicial y comunicacional que la protegen.
Debo reconocer que me impresiona entender, por fin, que cuando se utiliza esa frase (ya cliché) "justicia para el pueblo mapuche", es tan concreto como "exigir las garantías mínimas de un juicio justo"… y no puedo, aunque quiera ser "objetiva" dejar de creer que su demanda es la más loable que pueda existir.


Fuente: http://metiendoruido.com/?p=684

Fotografía: Ayen Pilmaiken

Difunde: Ukhamawa Noticias
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