sábado, 17 de marzo de 2007

Bolivia: Filme sobre Evo se perfila como ganador en Festival de Mar del Plata


Actualidad Etnica
Tomado de: Red Erbol – Radiodifusora
 
Buenos Aires, 15/03/2007, El director del filme "Cocalero", que documenta la campaña presidencial de Evo Morales en Bolivia, afirmó que el futuro de ese país "está en el mestizaje", tras la exhibición de la cinta en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, donde se perfila, a cinco días del cierre, como ganadora de la competencia latinoamericana.

La película, una coproducción entre Bolivia y Argentina, fue proyectada el domingo por primera vez en América Latina, en el festival en curso hasta el 18 de marzo en la ciudad argentina sobre el Atlántico, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.

"Evo es la síntesis del mestizaje en la región: es un indio aymara que se convierte en sindicalista y, a caballo de la defensa de los cultivos de la coca, enfrenta a la lucha anti drogas estadounidense y genera una ola nacionalista que lo transforma en presidente del país", dijo a ANSA el director de la película, Alejandro Landes.

Las palabras del cineasta brasileño -que creció en Ecuador y reside en Argentina- son una sinopsis del documental, en el que acompaña durante tres meses a Morales mientras recorre el país -junto a cultivadores de coca- para "concientizar" al pueblo con vistas a las elecciones presidenciales de diciembre de 2005.

El filme respeta el formato del documental puro: se limita al registro de los viajes de campaña de Morales, sus charlas con los cocaleros y con Leonilda Zurita, dirigente del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) -se postulaba como candidata a senadora suplente- y al particular modo de intercambio con la gente que el ahora presidente exhibía en los actos proselitistas del interior del país.
 
Estos viajes se iniciaban a las 5 de la mañana con un desayuno al paso en un mercado popular de La Paz, a veces acompañado por su jefe de campaña, otras por quien se convertiría en su vice, el sociólogo Alvaro Gacía Linera, quien se perfila, en esas imágenes tomadas a principios de octubre de 2005, como el artífice del gobierno de Morales.

"Al principio esperaba que la narración siguiera líneas raciales y étnicas, pero una vez que empecé a filmar y conocí la estrecha relación de Evo con los cocaleros, además del alto grado de organización sindical de los agricultores, el trabajo derivó en otra cosa, porque ese movimiento nace de la defensa de los cultivos de coca durante la violenta guerra norteamericana contra las drogas y es la raíz política de Morales", relata Landes.

"Al MAS lo ha parido la coca", confirma sin eufemismos Morales durante una reunión sindical en El Chapare, zona subtropical del departamento de Cochabamba, corazón de Bolivia.

El estilo "verité" de la película, filmada cámara en mano, sin iluminación artificial ni narración en off -muchas veces se escucha la voz del cineasta cuando habla con Morales-, hacen más visibles los ricos matices que coexisten en el país, en especial en ese universo campesino en el que se revela que la fuerza de su lucha nace del indisoluble lazo de los hombres con la tierra.

Ese mundo fue descubierto por Landes casi por azar, cuando se vio obligado a dejar de filmar los entretelones de campaña durante algunas semanas debido a que Morales, repentinamente, lo acusó a él y a su equipo de ser "agentes de la CIA".

"Nunca supimos de dónde surgió esa versión y tampoco nos dieron explicaciones. No fuimos expulsados, pero Evo se retrajo y se volvió distante, igual que su gente. Era una acusación difícil de desmentir", recuerda Landes entre risas.

El tono de la cinta es muy fresco y presenta los hechos con una sinceridad y candidez muy poco vistas en este formato.

El espectador va descubriendo cuando avanza la película al hombre oculto tras la figura de Evo Morales, con sus bondades y contradicciones. Puede verse un Evo casi niño cuando escucha en su auto todo el tiempo las canciones de campaña y sonríe con alegría infantil al escuchar su nombre ("Evo sí, yanquis no, muera el imperialismo", dice una de ellas).

Al juguetón, cuando con picardía invita a las recolectoras de coca a bañarse en el río para mitigar el calor de El Chapare o cuando desiste de usar para su campaña una foto en la que su actual vicepresidente usa un típico gorro aymara que "le hace cara de mujercita".

También se ve al hombre presa de sus contradicciones cuando, a pocos días de los comicios, amenaza en un programa de televisión con tomar el poder por la fuerza si un fraude altera el resultado de las elecciones.

Pero especialmente muestra a un hombre conciente de su lugar político en América Latina: "este es el eje del mal; cuídate muchacho", le dice al director del filme mientras le muestra una foto en la que está acompañado por sus colegas Hugo Chávez, de Venezuela, y Fidel Castro, de Cuba.

"Cocalero", centrado en las figuras de Morales y Zurita, es un filme sobre la rebelión campesina boliviana pero también un retrato de Latinoamérica, porque simboliza la lucha de las culturas originarias de la región, que a través de la película de Landes hablan de su postergación, deseos y desesperanza.

La naturalidad de Morales sentado en el bosque, hablando en aymara o quechua con campesinos para contarle sus propuestas, demuestra que el entonces dirigente sindical cocalero acaso no era conciente de que allí residía su mayor capital político.

"Evo pertenece al universo indígena y también al mundo blanco, a través de su papel de sindicalista", resume Landes.

"Su decisión de no llevar saco y corbata, pero tampoco un traje indígena, sino un híbrido entre ambos, no es una mera decisión estética: es la síntesis de su persona y de la reforma que pretende encarar en su país. Y coincido con él: Bolivia podrá salir adelante, tendrá futuro, si acepta el mestizaje", concluyó.


 
[Ukhamawa: Red de Noticias Indigenas] 
 

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