Poeta e indígena es una combinación poco conocida que se conjuga en el venezolano José Angel Fernández Silva Wuliana, un nombre como un río de letras y misterios, cual la mitología de su etnia wayúu.
A este poeta nacido en 1961 en un lugar con un nombre evocador, Laguna del Pájaro, en la Guajira venezolana, lo conocí en esencia (por su obra) gracias a la antropóloga Beatriz Bermúdez, quien me habló de su libro Nunuiki ka´ikai. Lenguaje del Sol.
A José Angel en persona lo encontré luego, casualmente, en una reunión de escritores cubanos y venezolanos en Caracas, en la cual coincidimos a la hora señalada como almas en pena castigadas por llegar a tiempo, una característica que es casi un defecto en el Caribe.
Mi puntualidad es, en todo caso, una deformación familiar, pero para José Angel parece ser parte de un mundo maravilloso, aunque no perfecto, en que se desenvuelve su poesía, en el cual hablan pájaros y hombres y su cabrito cimarrón bebe sueños de rebeldía.
Leer su antología Nunuiki ka´íkai, Lenguaje del Sol es comprender que en su naturaleza todo es poesía: los cactus que crecen en el techo, las huellas de las doncellas, el son de los tambores, los pasos del viento y el cielo de sus difuntos.
En el poema que da nombre al libro escribe a su amada: Suchikijee aliikajatukaa meemetshi tu soo´ujee tu puta kasuutotkolu aashajaajeena waya suchiki nunuiki ka´ikai. Después de esta tarde de llovizna sobre tu piel blanquecina hablaremos sobre el lenguaje del sol.
El poeta escribe lo que tradicionalmente los wayúu dicen, como expresión de una cultura oral con mucho de onírico que parece hallar ahora en Venezuela, un terreno fértil con la política cultural impulsada por el gobierno del presidente Hugo Chávez.
- José Angel, ¿qué pueden aportarle las literaturas indígenas americanas a nuestro mundo actual?
- Vistas las literaturas indígenas mezcladas con múltiples voces contemporáneas y originarias vemos que está emergiendo poco a poco, cual canto sinfónico que pudiera también hacer visible un mundo mucho más humano y espiritual.
- Como por ejemplo...
- En el caso de los wayúu la interpretación de los sueños funciona como un psicoanálisis que no sólo restablece el equilibrio del individuo, sino al mismo tiempo el equilibrio colectivo de los miembros de la etnia.
- ¿Por dónde pasa el camino del reconocimiento pleno de las literaturas indígenas?
- Creo que en principio el proceso pudiera dar al traste con la necia diferenciación entre literatura oral y escrita, porque si bien los indígenas no tienen producciones masivas de literatura escrita, si existe en el plano de los mitos y ritos, de los mecanismos propios de endoculturación.
- Pero tu escribes. ¿Lo haces en wayunaiki (idioma wayúu) o en español?
- Fundamentalmente y el mayor peso escribo en wayúu. Claro que uno es asaltado por las modulaciones de la vida bilingüe intercultural. De pronto uno u otro escenario poético uno lo capta en un mundo no indígena.
Es posible que luego, entre líneas de la mayor producción wayúu, sea tomado y finalmente procesado y elaborado como texto poético de wayuunaiki (de raíz arawaka), partiendo de mi lengua original.
- ¿Cómo ves el desarrollo de la literatura de los pueblos indígenas hoy en Venezuela?
- Se están abriendo nuevas puertas. Por ejemplo la editorial Monte Avila creó dos ediciones para indígenas de América y también se acaba de realizar el primer concurso de poesía de Venezuela para que las voces indígenas y mestizas puedan expresar sus voces ahí.
El primer premio correspondió a Morela Maneiro, de la etnia kariña, el segundo lugar a mi persona y el tercero a un amigo antropólogo, Omar González Ñañez.
- ¿Y en un contexto más amplio, latinoamericano?
- Siguiendo la tónica del proceso venezolano y el contexto latinoamericano, pienso que tenemos que seguir escudriñando caminos y oces para ir prendiendo motores en una situación de crisis de toda índole: ecológica, de valores, económica y ¿por qué no? ideológica y política.
En este sentido la poesía deviene como canto necesario, como espacio hacia la búsqueda de nuevas voces en pro de la redención terrenal y la integración latinoamericana y global.
Si hay una globalización homogeneizante, ¿por qué no luchar por una globalización diversificante y respetuosa de las alteridades?.
Este alerta contra la homogeneidad del pensamiento viene de una fuente confiable: un representante de aquellos aborígenes que durante 500 años han luchado por mantener viva una cultura que se quiso hacer desaparecer con el pretexto de la civilización.
Interpreto la valoración como expresión de los nuevos tiempos, al recordar que llegó a la universidad con vergüenza étnica de su idioma, como me dijo una vez Bermúdez, y está convertido hoy en exponente de una cultura humana y espiritual, que parece muy necesaria en estos tiempos.
Fg ml (*) El autor es corresponsal de Prensa Latina en Venezuela.
__________________________________________________
Correo Yahoo!
Espacio para todos tus mensajes, antivirus y antispam ¡gratis!
Regístrate ya - http://correo.espanol.yahoo.com/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario