domingo, 24 de octubre de 2010

Peligra el 80 por ciento del suministro mundial de agua

 

La biodiversidad de nuestros ríos y la seguridad del agua están en serio peligro, según un completo estudio sobre vías acuáticas publicado ayer. Está en peligro cerca del 80 por ciento del suministro de agua de la humanidad, así como dos tercios de los hábitats pluviales del mundo.

 

Los principales focos de preocupación incluyen casi toda Europa, el subcontinente índico, el este de China, el sur de México y la parte de Estados Unidos situada al este de las Montañas Rocosas.

 

Pero los expertos dicen que hay esperanza para la recuperación de los ríos y el futuro suministro garantizado del agua necesaria para las ciudades, los cultivos, la producción de energía, la industria (y los ecosistemas) si «trabajamos con la naturaleza».

 

«Nosotros, como sociedad global, estamos prestando una atención muy deficiente a nuestros recursos de agua», señaló el codirector del estudioPeter McIntyre, zoólogo de la Universidad de Wisconsin–Madison. (Visita el sitio web de la UW dedicado al informe.)

 

Los ríos, humedales, lagos y la vida que depende de ellos están peligro en todo el mundo debido a distintas causas, que incluyen el uso excesivo de agua, la contaminación, la introducción de especies exóticas y la sobrepesca, según este nuevo estudio publicado hoy en la revista Nature.

 

El estudio elabora un mapa de estas y casi dos docenas más de causas; se trata del primer mapa con semejante nivel de detalle de las amenazas para la seguridad del agua de la humanidad y la biodiversidad fluvial. (Consulta nuestra galería fotográfica de ríos.)

 

Al fondo del asunto

«Vemos cómo los ríos de muchos lugares del mundo se encaminan hacia la crisis», señaló el codirector del estudio Charles Vörösmarty, investigador del agua del City College of New York (Nueva York).

 

«Allí donde hay una densidad sustancial de población, allí donde hay considerables extensiones de cultivo y donde hay una industrialización notable; estos son los sitios donde hemos encontrado los problemas», añadió.

 

La raíz de muchos de estos problemas radica en el lugar que la gente ha elegido para vivir. «Nos asentamos en lugares muy peligrosos, como deltas costeros o llanuras aluviales», dijo Vörösmarty.

 

Para proteger a la gente que vive en esos lugares, «necesitamos prestar una atención constante en términos de ingeniería para construir presas más y más altas, por ejemplo», dijo.

 

Según el nuevo informe de Nature, las reservas de agua sufren la mayor presión en muchos de los deltas y las llanuras aluviales del mundo, incluido el río Yangtze embalsado de China y a lo largo del curso del río Indo de Paquistán, donde devastadoras riadas desplazaron recientemente a millones de personas.

 

Inherente a la población de todas estas ciudades y pueblos es la necesidad de alimentarlos.Un problema grave consiste en que la gente está secando literalmente los ríos para asegurar recursos fiables para la agricultura, según los autores del informe y otros expertos.

 

«Muchos humedales y corrientes antes perennes ahora están secos gran parte del año porque han sido enterrados o rediseñados por intereses del hombre», escribe Margaret Palmer, bióloga de la Universidad de Maryland, en un comentario también publicado en Nature.

 

Muchos países en desarrollo ahora están siguiendo la misma senda que han recorrido los países actualmente desarrollados desde hace más de 100 años, dijo Vörösmarty, en referencia a los frecuentemente complejos y caros proyectos de ingeniería de presas, depósitos, canales de irrigación, diques, túneles y conductos empleados para aprovechar, desviar y distribuir el agua.

 

«Según la perspectiva del siglo XX» podemos «usar hormigón y tuberías para solucionar el problema», añadió.

 

Sin embargo, avisó, muchos países en desarrollo pueden carecer del dinero o la energía para seguir esa senda por mucho tiempo.

 

Recuperación de ríos

Hay formas de «trabajar con la naturaleza para evitar que surjan problemas», indicó Vörösmarty. «Podríamos decir que una gota de prevención vale un litro de cura.»

 

Según el nuevo estudio, los proyectos que «trabajan con la naturaleza» con el fin de recuperar más flujo natural de los ríos pueden ayudar a aliviar la presión que sufren los ríos y mejorar la calidad del agua.

 

Esto puede implicar dar más espacio a los ríos para sus crecidas, y también permitir que sigan su propio cauce, en lugar de forzar su paso por determinadas rutas.  

 

Hasta la fecha, la mayor parte de las iniciativas para la recuperación de los ríos han tenido lugar en países más prósperos, y su éxito ha sido limitado, dijo McIntyre.  

 

«Cuesta una pequeña fortuna intentar recuperar algunas de las funciones naturales de los ríos y los arroyos», añadió, «y en la mayoría de los casos solo se pueden recuperar parcialmente».  

 

Pero existen algunos ejemplos de éxito, como el del río Misisipi.  

 

El Cuerpo de Ingenieros del Ejército y los responsables locales del agua de Luisiana han empezado a dejar que el río inunde los campos adyacentes, como ocurría antes de que se extendiese la construcción de diques tras una devastadora crecida en 1927.  

 

De este modo, esos campos hacen las veces de «enormes parachoques para evitar daños [y riadas] río abajo», donde las ciudades, y no los cultivos, están en peligro, señaló Vörösmarty.  

 

Otro ejemplo de éxito es el abastecimiento de agua de Nueva York, que se ha mantenido limpio, y con un coste relativamente bajo, mediante la protección de los bosques y otras tierras de las cuencas que suministran agua a la Gran Manzana. Los bosques ayudan a filtrar el agua y retienen la tierra, evitando la pérdida de buena parte de los sedimentos, lo que permite que los depósitos que abastecen a Nueva York estén más limpios.  

 

«Nueva York ahorró miles de millones de dólares» en costes de tratamiento del agua, dijo Vörösmarty, cerciorándose de que la tierra que está río arriba siguiese proporcionando agua limpia; un «servicio gratuito del ecosistema».  

 

McIntyre señala que hay proyectos similares en marcha en Bogotá, la capital de Colombia, y en otras ciudades de Sudamérica.  

Robin Abell, biólogo conservacionista del World Wildlife Fund, dijo que aunque las iniciativas de recuperación de ríos son «bastante prometedoras, los casos de conservación de ríos son escasos, normalmente de ámbito local y, a menudo, son el resultado de una gran inversión».  

 

«Todavía estamos trabajando duro para hallar estrategias que puedan marcar una diferencia notable para la biodiversidad del agua dulce», añadió.



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