Así lo revela un estudio desarrollado durante años por la Universidad de Chile y de Valparaíso y que podría ser una buena alternativa para aquellas mujeres que transitan por el climaterio y que no pueden o quieren someterse a una terapia hormonal. SANTIAGO, julio 28.- El climaterio, también denominado perimenopausia, es definido como la época en que una mujer transita de la fertilidad a la infertilidad. Se trata de un período que se inicia generalmente en las mujeres a partir de los 40 años, las cuales frecuentemente son sometidas a terapias hormonales para paliar todos los cambios que se producen en el cuerpo femenino.
Sin embargo, en muchas ocasiones este tipo de terapias hormonales (liderados por estrógenos) han sido cuestionadas por el medio científico, ya que de acuerdo a algunos estudios estos tendrían algunos efectos nocivos en las mujeres, tales como fracturas de cadera, cáncer de mama y hasta un aumento de riesgo en infartos al miocardio.
Pero existe hoy una alternativa a este tipo de terapias hormonales y que se encuentra en tres plantas que crecen en Chile. Así lo confirma un proyecto desarrollado durante años en conjunto por la Universidad de Chile y de Valparaíso.
De acuerdo al proyecto anillo "Disociación de respuestas estrogénicas uterinas por fitoestrógenos con fines terapéuticos y de prevención de cáncer", hay tres plantas oriundas de Chile que crecen tanto en el norte como en el sur del país que tendrían propiedades naturales que disminuirían la propensión al cáncer mamario y uterino y que incluso servirían como una terapia de reemplazo hormonal para mujeres que transita por el climaterio.
Así lo explica el doctor Andrei N. Tchernitchin, investigador principal del proyecto y académico del Programa de Fisiolopatología del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la U. de Chile: "Una de las plantas candidatas para ser patentada ayudaría a prevenir y, probablemente, tratar los miomas uterinos, haciendo de disminuyeran o dejaran de crecer", dice sin adelantar aún cuáles son específicamente las plantas a las que se refiere.
Según explica, el fitoestrógeno de la segunda planta inhibiría la proliferación celular en el útero, reduciendo las posibilidades de que las mujeres desarrollen cáncer de endometrio, mientras que la tercera impediría el crecimiento de células cancerosas en mama.
"Estamos muy contentos porque apostábamos a que obtendríamos buenos resultados por lo menos en una planta chilena y lo interesante es que ya encontramos propiedades terapéuticas en tres, las cuales estamos patentando. En todo caso, seguimos analizando otros extractos", añade el doctor Tchernitchin.
Avalado por el mundo
En todo caso el uso de fitoestrógenos – sustancias derivadas de las plantas - como terapia en reemplazo de la hormonal durante el climaterio es un tema que ya ha sido avalado en el mundo entero por muchas comunidades científicas.
Se sabe por el momento que en el mundo existen alrededor de unas 300 plantas que poseen actividad estrogénica. El primer informe que dio cuenta de la utilidad de los fitoestrógenos en el climaterio se dio en Alemania y ya comenzaron a recetarse medicamentos en base a estas plantas a principios de los años 80.
Con los años se comenzó a ver que efectivamente los fitoestrógenos ayudaban a disminuir los efectos que se dan en el climaterio que pueden ir desde un aumento de peso, cambios sicológicos hasta problemas cardiovasculares.
En consideración a que las plantas empleadas para el mencionado estudio se inscriben en los conocimientos propios de la medicina tradicional, el doctor Tchernitchin propone destinar hasta un 50% de los beneficios económicos netos provenientes de los royalty que produzcan estos hallazgos, protegidos por patente, a los pueblos originarios. El académico espera que estos beneficios permitan crear un fondo solidario que financie becas educativas o la compra de terrenos donde los descendientes de estos grupos puedan cultivar estas especies.
El futuro de las plantas chilenas
El doctor Tchernitchin, quien además es director Científico del Secretariado Ejecutivo del Consejo de Desarrollo Sustentable de Chile, propuso en la entidad asesora de la Presidencia de la República el co-derecho de propiedad intelectual de los pueblos originarios por su conocimiento de las capacidades medicinales de las plantas nativas. A raíz de ello, dijo, estos grupos deberían recibir beneficios por las patentes que se originen a partir de compuestos farmacéuticos presentes en dichas especies, proposición que fue aceptada por consenso en el organismo.
"Nuestra idea no es vender la patente, ya que si eso ocurre los royalty se irán al extranjero. Más bien esperamos asociarnos con una empresa que desee invertir en el proyecto, de manera que las ganancias queden en Chile y beneficien a su gente", apunta.
El médico añade que la idea central del proyecto que lidera es bloquear las respuestas no deseadas y demostrar que la afinidad por las hormonas en cada célula varía de caso en caso.
"Hasta ahora hemos sugerido la existencia de al menos tres receptores diferentes pero sospechamos que hay más. Actualmente, estamos buscando cómo bloquearlos en forma selectiva al emplear compuestos presentes en diversas especies vegetales", acota.
Finalmente, el doctor Tchernitchin adelantó que cuando apruebe la primera molécula para ser comercializada, la llamarán LEPBCT2010A, en homenaje al plan bicentenario.
Fotografía: Terra Networks Chile S.A
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