lunes, 19 de octubre de 2009

Colombia: Trueque para reactivar autonomía alimentaria



El Cridec anuncia posibilidad de una resolución para prohibir transgénicos (organismos genéticamente modificados) en los resguardos. Expertos dicen que el inconveniente sería la rebaja en volúmenes de producción. Cultivo.

Óscar Veiman Mejía

Editor regional/LA PATRIA


Manizales


El negocio es sencillo, sin necesidad de plata, pero significativo: Nélida López, ubicada en uno de los puestos provisionales en el Parque de la Candelaria de Riosucio, le entrega unas semillas de zapallo a Aura Lilia Trejos, quien a cambio le da un bolso. Ambas son enamoradas de lo que les ofrece la tierra donde viven y tienen en mente, como centenares de indígenas y campesinos, que sus comunidades se autoabastezcan, intercambien y subsistan de lo que producen.


El lunes festivo pasado Aura Lilia recorría cada uno de los puestos instalados para el Cuarto Trueque-mercado campesino e indígena. En unos lugares, atendidos por abuelas, madres e hijos, vio plátanos, yucas, mafafa, arracachas, naranjas, maíz cafecito y maíz diente caballo; en otras, artesanías, y en algunos casos prendas de vestir.


A simple vista era una feria normal de pueblo. Sin embargo, en una pancarta, ajustada a un tablado para las presentaciones culturales del día, se orientaba sobre el sentido de la actividad.


Se leía sobre el Trueque-mercado: "...por la defensa de la soberanía alimentaria y la producción agropecuaria en oposición y resistencia a la importación de alimentos, los tratados de libre comercio, las semillas transgénicas (genéticamente modificadas para aumentar producción) y la política de producción de agrocombustibles...".



Valores


Nélida madrugó ese lunes y viajó en uno de los cuatro buses escalera que llegaron, cargados de campesinos, a Riosucio desde el municipio de Caramanta (Antioquia). Por su parte, Aura Lilia arribó desde el Resguardo de Nuestra Señora de la Montaña de la Candelaria, de la localidad caldense.


Cuando eran cerca de las 10:30 de la mañana se encontraron de frente y luego de unas cuantas palabras efectuaron el trueque. El bolso de iraca se quedó en el puesto de Nélida y las semillas de zapallo pasaron a una mochila de Aura Lilia.


Nélida comentó: "esto es muy interesante. Es una manera de reconocer los valores de las otras personas". Aura Lilia complementó: "es una manera de apoyarse mutuamente mediante intercambio de productos".



Los motivos


Los trueques son realizados por organizaciones indígenas como la Asociación de Productores Indígenas y Campesinos (Asproinca), que reúne a cerca de 350 familias de Riosucio y de Supía.


Wílmar Tapasco, uno de los coordinadores de la Asociación, dice: "pensamos que era necesario un evento de estos para vincular familias que producen y que por muchas razones no pueden tener un espacio de mercado".


Agrega que los participantes exponen prácticas culturales de producción agroecológica en el campo, basadas en bajos niveles de químicos. También exhiben sus platos , sus expresiones artísticas y costumbres en general.


"Presentamos prácticas agrícolas que no han sido valoradas ni tenidas en cuenta. Buscamos que se fortalezca este proceso ancestral", agrega Tapasco.


Como en los mercados campesinos realizados en Manizales en el presente año por los indígenas, se reitera la defensa de la producción de comunidades rurales y demostrar que tienen derecho a permanecer en nuestros territorios.


Precisamente un día antes del trueque-mercado, unas 10 familias del Resguardo de Cañamomo y Lomaprieta se tomaron la hacienda San Antonio, de propiedad privada, para exigir que el Gobierno sanee el lote y se los entregue a las comunidades. La Gobernación reconoció el derecho, pero no la ocupación.



Por resolución


La idea de autonomía alimentaria va tan en serio que en Riosucio ya se habla de una posible resolución para prohibir los transgénicos en las comunidades indígenas.


Jaír de Jesús Díaz, Coordinador del Consejo Regional Indígena de Caldas (Cridec), explica: "es un un proceso que estamos haciendo en educación, con escuelas, familia por familia y grupos organizados para que entiendan la defensa que quieren hacer los resguardos, pues nos oponemos a los transgénicos".


La jornada del lunes pasado se cerró con más trueques, como lo hacían los ancestros indígenas. Doña Lilia Iglesia, de la comunidad de la Hispania de Riosucio, tiene una huerta casera. Ella cambió apio, caléndula, perejil y albahaca por blanqueado, zapallo y chontaduros para reafirmar la idea de autonomía alimentaria en un territorio donde renacen los negocios sencillos, sin necesidad de plata, pero cargados de significado ancestral y alternativas en la actualidad.

Con participantes


María Lileth Ayala, Grupo Mujeres de las Vegas (Supía) Con eventos como este, protegemos nuestra soberanía alimentaria, con una producción natural e intercambio para bien de nuestra gente.



Magnolia Morales, asesora Resguardo de la Albania en Risaralda (Caldas)
En el marco de nuestros planes de vida, los mercados locales y el trueque, son ejemplos vivos de nuestra lucha por la pervivencia como pueblos indígenas.


En la práctica

Gloria Milse Morales, dinamizadora comunitaria del Cridec con el proyecto de la Unión Europea y Austria. La idea es fortalecer la producción propia en las 12 comunidades indígenas de Caldas, basados en semillas propias. Se hizo una selección de familias con instalación de parcelas demostrativas iniciando con la siembra de semillas de frijol y maíz, luego vamos a seguir con variedades de plátano y así sucesivamente.



Zalia Campeón, del Resguardo de Cañamo y Lomaprieta
Tenemos un fondo rotatorio para manejar especies menores, cerdos, gallinas, pancoger, en la poca tierra que tenemos, pues estamos muy estrechos. Necesitamos más oportunidades, somos mujeres que trabajamos para subsistir con hijos y nietos.



María Celeste Tapasco, Resguardo de Cañamomo y Lomaprieta. Estamos mirando a ver si nuestro resguardo se libra de transgénicos. La cría de gallinas criollas se estaba perdiendo. Tenemos grupos organizados con huertas caseras. Hablamos con la gente sobre los problemas que se vienen y en mingas recuperamos lo de nosotros.


Sigifredo Hernández, de la comunidad de Aguacatal
Trabajamos con el café y tenemos un acopio donde transformarlo. El manejo es con base orgánica con químico de categorías bajas, que no perjudica para el consumo.



Sonia Edilia Gañán, segunda Gobernadora de San Lorenzo: Lo que hacemos tiene que ver con productos de pancoger, la biodiversidad y la soberanía. Tenemos varios pisos térmicos, es decir, hay gran diversidad que hasta el momento es baja en químicos y fortalecemos lo orgánico.




SOBRE FACTIBILIDAD


De la Gobernación


Herman Zuluaga, Secretario de Agricultura de Caldas. En Riosucio se está dando un proceso agrosolidario, que permite que lo que producen los autoabastezca y el restante se comercialice. Ellos por su tradición indígena practican una agricultura limpia, sin químicos. Es una respuesta que se puede dar ante el calentamiento global y la crisis agropecuaria mundial. Es un proceso que apoyamos y deseamos extender al departamento para que Caldas consuma Caldas, y no tengamos que importar productos que aquí podemos cultivar en cantidad y calidad. De todas maneras, hay que tener en cuenta que la producción orgánica en gran escala es complicada para los pequeños productores.



De una ONG


Germán Vélez, de la ONG Semillas. Es un ejercicio que les permite a los grupos locales garantizar permanencia en su territorio, además de la capacidad de alimentarse sanamente y producir comida limpia y segura para el resto. Las políticas del gobierno están dirigidas básicamente a promover sistemas de agricultura que son insustentables, basados en grandes monocultivos agroindustriales. Eso ha generado daño a la agricultura, a la biodiversidad, pero agricultores en el país están recuperando formas agrícolas limpias, basados en semillas criollas, alimentos tradicionales.



De la academia

Duván Emilio Ramírez, economista y docente de la Facultad de Mercadeo de la U de Manizales. Lo que veo es que si van a cultivar sin transgénicos van a tener un problema de productividad. Si bien la producción orgánica es limpia, la producción por volúmenes en hectáreas es baja. En caso de que en Caldas se extienda una producción orgánica para exportar a mercados internacionales, resultaría a costos muy altos, pues lo primero que se requiere es una certificación, que es exigente y costosa, además que son procesos largos. Pienso que lo orgánico funcionaría inicialmente en la actividad local que proponen los indígenas en Riosucio.




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